Cuando le dijeron que la iban a matar, Matilde Orantes soltó tal carcajada, que la cinta americana le abrasó los labios y la boca se le llenó del sabor a óxido de la sangre. Los últimos 15.347 días de su vida se había levantado pensando en que ese podía ser el último, así que morir de vieja, aunque fuese atravesada por una bala, no se podía considerar una derrota.
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Relatos de fecha:
Junio 2021
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